Para triunfar en la vida, no es importante llegar el primero. Para triunfar simplemente hay que llegar, levantándose cada vez que se cae en el camino.
No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importan las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad; siempre estamos a tiempo para decir "BASTA".
EL VERDADERO HOMBRE DE ÉXITO ES HUMILDE. CELEBRA EL TRIUNFO DE OTROS, LOS FELICITA, LOS ELOGIA Y SE ALEGRA SINCERAMENTE DE LA PROSPERIDAD AJENA PORQUE EL MISMO ES PROSPERO.
El amor real no lleva prisa y está basado en el conocimiento profundo de la otra persona; en la aceptación total de sus virtudes y defectos.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
